21 Jun
PERIODO 3.(SEMANA 19 Y 20). SEGUNDO CORTE: MATERIALISMO (CIENTÍFICO Y DIALÉCTICO)

MATERIALISMO

En filosofía, el materialismo es una corriente de pensamiento según la cual el mundo puede explicarse en función de la idea de materia, pues todas las cosas son causa de la acción de la materia y no del espíritu. La materia es así la primera realidad de las cosas, independientemente de que pueda o no ser percibida por los seres vivos.

Se opone al idealismo, según el cual las cosas solo existen en la medida en que pueden ser ideadas o percibidas conscientemente por los seres vivos.

El enfoque materialista comprende que las cosas son increadas y que todas ellas pueden ser estudiadas y comprendidas por el ser humano. Para los materialistas, la causa de todas las cosas es solo atribuible a la materia.



HISTORIA.

Hay autores que clasifican como materialistas a todos, o casi todos, los «filósofos físicos» del periodo presocrático; pero semejante planteamiento resulta muy cuestionable. Ciertamente, el primer filósofo conocido, Tales de Mileto, afirmó que todo lo real deriva del agua. Pero los testimonios indirectos que tenemos sobre su pensamiento apuntan a que entendía por agua una realidad de rasgos tanto materiales como espirituales. Y observaciones similares pueden hacerse por lo que se refiere a los otros filósofos milesios, y, en general, a los pensadores de las primeras generaciones de la filosofía griega. Cuando Anaxímenes propone que el principio de todo es el aire, o cuando Heráclito centra su cosmovisión en el fuego, conviene tener en cuenta que esas palabras no designan simplemente realidades físicas como entendemos en la actualidad, sino principios activos de rasgos que no son ni meramente mecánicos ni asimilables a ninguno de los conceptos que se usan en las explicaciones científicas modernas (Kirk, Raven y Schofield 1987).

Un materialismo más claramente reconocible como tal aparecerá por primera vez con el atomismo de Demócrito y Leucipo, pues en él se describe una realidad que consta, en su base, únicamente de átomos y vacío, siendo todo lo demás un mero resultado fenoménico de las combinaciones ocasionales de los átomos. Los pensadores de la escuela epicúrea, que asumen (con ciertas modificaciones) la física atomista, pueden considerarse por ello como materialistas, a pesar de que afirman la existencia de los dioses, ya que contemplan a los propios dioses como compuestos de átomos, y, por tanto, como realidades derivadas de la materia. De hecho, «epicureísmo» fue el término empleado durante buena parte de la historia del pensamiento occidental para designar lo que hoy entendemos como materialismo. No obstante, ni Demócrito, ni Leucipo, ni Epicuro ni Lucrecio se avienen a ser designados propiamente como «materialistas científicos», debido a que esta denominación sólo tiene sentido a partir del desarrollo de la ciencia moderna. Además, cabe cuestionarse hasta qué punto el materialismo de los autores mencionados es un materialismo que se reconoce a sí mismo como tal.

Planteamientos que cabe clasificar ya propiamente como materialistas científicos, y a los que cabe atribuir, quizás por primera vez, una plena conciencia del significado y el alcance de la opción materialista, los encontraremos sólo a partir del desarrollo de la mecánica clásica, sobre todo a partir del siglo XVII. Por eso no sorprende que el propio término «materialista» aparezca por primera vez en esta época ―posiblemente en (Boyle 1664)―, para hacer referencia a aquellos que afirmaban que toda la realidad se halla compuesta de corpúsculos que obedecerían a las leyes mecánicas que se estaban descubriendo por entonces.

Para entender bien el alcance de las tesis materialistas, conviene tener en cuenta que, durante la primera mitad del siglo XVII, René Descartes formula una tajante y en lo sucesivo muy influyente distinción entre el ámbito de lo mental ―«sustancia pensante»― y el ámbito de lo material ―«sustancia extensa»―, siendo este último el campo propio de la nueva física naciente (Descartes 1993). Pues bien, a partir de este momento, una posición clave de los materialistas científicos consistirá en la afirmación de la dependencia ontológica de lo mental con respecto a lo material. El hombre es un sistema físico ―en este periodo se dirá habitualmente que es una máquina (Arana 2011)―, y la conciencia y, en general, la vida mental, será un producto de los procesos físicos del cuerpo humano (La Mettrie 1748). Desde el siglo XVIII ―con autores como Julien Offray de La Mettrie, Paul Heinrich barón d’Holbach, Denis Diderot o Claude-Adrien Helvétius― en adelante, explicar lo mental desde lo material, y refutar (o al menos desacreditar) lo sobrenatural constituirán tareas propias del materialismo, que el materialista científico abordará con argumentos tomados de su lectura de las ciencias naturales. En la medida en la que los pensadores materialistas a veces presentan su lectura particular de los resultados científicos como la única posible, puede hablarse también de una mitología materialista de la ciencia (Soler Gil 2013), sobre todo a partir del siglo XIX, en el que las interpretaciones materialistas de la ciencia se irán haciendo cada vez más populares.

Durante el siglo XIX, diversas versiones del materialismo científico fueron defendidas por autores como Ludwig Büchner, Jakob Moleschott, Karl Vogt y Ernst Haeckel. (Una interesante colección de textos de materialistas científicos decimonónicos en el ámbito germano, y sus adversarios, se encuentra en Bayertz, Gerhard y Jaeschke 2012). Al hacer hincapié en la ciencia como única clave para determinar lo existente, el materialismo científico constituirá uno de los pilares del movimiento cientificista tan pujante en ese siglo, y en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, la tesis de que la realidad primera (o incluso la única realidad) es la materia, constituye una tesis metafísica ―o, si se prefiere, ontológica―, es decir, una afirmación que está más allá de lo que puede establecer la física (o la ciencia en general). Por eso los cientificistas de tendencia positivista ―para los que todas las afirmaciones metafísicas carecen de sentido― preferirán obviar una defensa directa de dicha tesis, y formularán su posición dando un rodeo que les evite lo que ellos consideran afirmaciones sin sentido.

Así, ya en la primera mitad del siglo XX, autores como Otto Neurath y Rudolf Carnap, se autodenominarán «fisicalistas», y plantearán el fisicalismo como una propuesta de teoría del lenguaje, que sostiene que toda afirmación con sentido es sinónima de alguna afirmación física. (Acerca del fisicalismo de Carnap y Neurath, puede consultarse, por ejemplo Neurath 1931 y Carnap 1932/33).

Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XX, la pretensión positivista de una filosofía capaz de prescindir por completo de compromisos metafísicos va siendo vista cada vez más como un imposible (Consúltese, por ejemplo, Brown 1983). Por eso, en la actualidad, las denominaciones «fisicalismo» y «materialismo científico» han llegado a converger. También el término «naturalismo», en tanto que designación de una tesis ontológica ―la tesis de que no existen más realidades que las realidades naturales―, puede considerarse un término aproximadamente equivalente a los anteriores. (No así, sin embargo, si se emplea «naturalismo» para designar el denominado «naturalismo metodológico», que es una cierta actitud adoptada rutinariamente en la investigación científica, y que consiste en la disposición no admitir en el contexto de dicha investigación más que explicaciones naturales de los fenómenos estudiados en cada caso). [Sobre el naturalismo y sus diversas versiones consúltese, por ejemplo, Keil – Schnädelbach 2000]. 


MATERIALISMO CIENTÍFICO

El «materialismo científico», según se ha indicado al inicio de este artículo, sostiene que todo lo existente es material, o bien, al menos, que la materia es la forma básica del ser, de la que toda entidad existente depende de un modo u otro. Y que la materia se caracteriza por medio de lo que sobre ella nos dicen las ciencias (y en última instancia la física). Ahora bien, de entrada parece que cabe pensar en realidades inmateriales: La conciencia, el pensamiento, y, en general, toda la esfera de lo mental, podrían considerarse, al menos inicialmente, como ejemplos de tales realidades, puesto que los pensamientos no tienen extensión, ni peso, ni carga eléctrica, ni nada por el estilo. Asimismo las verdades lógicas, las estructuras y teoremas matemáticos, etc. De ahí que una de las tareas centrales de cualquier enfoque del materialismo científico consista en especificar en qué consiste la relación entre todas estas entidades, y la base material. Y dado que las vivencias mentales parecen ser las más refractarias a dejarse explicar en términos científico-materiales (es decir, por medio de conceptos tales como espacio, fuerza, masa, carga eléctrica, etc.), las distintas versiones del materialismo científico están generalmente asociadas a propuestas sobre la relación entre mente y cerebro. En este apartado se resumen algunas de las propuestas más importantes. 



MATERIALISMO DIALÉCTICO

El materialismo dialéctico es una filosofía que se fundamenta en el vínculo que existe entre el conocimiento y el mundo material objetivo. Sus más grandes precursores fueron Carlos Marx y F. Engels.

El materialismo dialéctico es llamado así porque está estructurado en la unidad biológica del materialismo y la dialéctica. Se considera materialista porque se basa en la identificación de la materia como el fundamento absoluto del mundo, y tomando en cuenta a la conciencia como una pertenencia de la materia sumamente estructurada, como algo que solo le compete al cerebro, como algo inconsciente del mundo objetivo. Se le llama dialéctico porque admite el enlace que existe a nivel mundial de los objetos y fenómenos del mundo, así como los movimientos y progresos de este como consecuencia de las discordancias internas que intervienen dentro de él.

El materialismo toma en cuenta al ser social no solamente como un objeto contrario al hombresino también de manera subjetiva, llevándolo en forma de actividad práctico histórico-concreta del ser humano, esta idea de la práctica le otorgaba una base científica a la hipótesis del conocimiento, a la que el marxismo arribo desde el punto de vista histórico social en lugar del enfoque inexacto del materialismo contemplativo, el cual estimaba la conexión entre los hombres como algo netamente natural.

El materialismo dialéctico se fundamenta en el reconocimiento con primacía de la materia dejando como parte secundaria a la conciencia y considerando al mundo como una materia en movimiento, igualmente considera a la conciencia como una actividad de la mente, es decir la conciencia se va a determinar de forma externa a lo natural y social existente y elaborado en el cerebro.


Materialismo Dialéctico



TRABAJO EN CASA.

* Una vez leído el contenido del blog, y visto el video sobre EL MATERIALISMO, extraer las palabras que no conoce e investigar su significado y así poder comprender más fácilmente los conceptos planteados. (realiza un glosario en tu cuaderno)

* Desarrollar el taller que se encuentra a continuación, en un documento de word o en el cuaderno:


NOTA: Para la evaluación del trabajo se deben enviar las evidencias fotográficas antes del 03/07/2020 al siguiente correo: cesarartisticasimonbolivar@gmail.com O A LA PLATAFORMA COLPEGASUS.com

NO OLVIDE MARCAR SU TRABAJO CON NOMBRE COMPLETO Y CURSO


TALLER.

1. ¿Qué es el materialismo científico?

2. ¿Quién defiende el materialismo? 

3. ¿Cuáles son los filósofos del materialismo? 

4. ¿Qué es el materialismo dialéctico ejemplos? 

5. ¿Qué propone el materialismo dialéctico? 

6. ¿Qué dice el materialismo sobre el conocimiento?

7. ¿Cuál es tu opinión sobre la condición social del ser humano según el materialismo dialéctico? 

8. ¿Qué diferencia hay entre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico? 

9. ¿Qué es la dialéctica en el conocimiento? 

10. Realiza un mapa conceptual acerca de el materialismo científico y dialéctico.

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