19 Apr
PERIODO 2.(SEMANA 11). PRIMER CORTE: EL VALOR DE LA VIDA (MORAL, ÉTICA)

El valor de la vida

Definición del valor de la Vida

Dentro de los valores humanos, se conoce a la Vida como el principal valor del ser humano, siendo entendido también como la capacidad que tiene la persona de nutrir y velar por cada uno de los aspectos de su vida, así como el respeto que tiene por la conservación de su vida y la de los demás.


Entendido en la sociedad además de como un valor, como el principal Derecho Humano, la Vida es el aspecto de más relevancia. Sin embargo, disciplinas como la Psicología apuntan que un ser humano que tienda al éxito no se conformará sólo con el hecho orgánico de estar vivo, sino que tratará de sacar el mejor provecho de cada uno de sus aspectos, desde el punto de vista físico, psíquico, emotivo y social.

Importancia de la Vida como valor

Por otra parte, con respecto al impacto que tiene el valor de la Vida en un ser humano, la Psicología ha señalado que en la medida que una persona sea consciente de los importante de estar vivo, y de cómo su dedicación y trabajo se traducen en fortalecer, nutrir y obtener el mayor provecho emocional de ésta, en esa medida articulará las estrategias a su disposición por conseguir cada día ser un ser más completo, teniendo como objetivo procurar el mayor estado de felicidad posible.


Así mismo, al tener en claro que la Vida es lo más grande que tiene, respetará la de sus semejantes, porque será consciente de que nada en el mundo puede ser equivalente a este hecho. De esta forma, entenderá que así como su vida es preciosa, la de los otros también, por lo que no podrá arrebatarsela a nadie. En sintonía con esto, también reflexionará sobre los otros valores (Respeto, Tolerancia, Amor, Honestidad, Sinceridad, Efectividad, etc.) comprendiendo que a través de estos, se estará asegurando el enriquecimiento moral, ético y humano de su Vida.

En un sentido mucho más amplio, los psicólogos han señalado también que una sociedad que se guíe teniendo en claro que la Vida es el máximo valor, tesoro y derecho de cada uno de los miembros que la conforman, será una comunidad humana que se preocupe en primer lugar porque cada uno de sus individuos tengan los medios necesarios para desarrollar sus vidas. Igualmente, será una sociedad que tenderá a alejarse de situaciones de violencia como homicidios, guerras o ejecuciones, orientándose por el contrario a tejer redes de cooperación sólidas, basadas en otras virtudes como la Empatía, la Solidaridad y el Amor.

Adquisición de la Vida como valor

A pesar de que el aprecio hacia la vida es un hecho totalmente inherente al ser humano, la Psicología indica la pertinencia que tiene inculcar y estimular en el individuo el valor de la Vida, desde las primeras etapas, a fin de criar individuos que desde pequeños conozcan la relevancia e importancia que tiene el hecho de estar vivos, la responsabilidad que tienen consigo mismos de sacar el máximo provecho de este hecho y el deber de resguardar su vida y respetar la de los otros, tanto personas como animales.

 Como siempre que se trata del aprendizaje de una cualidad o valor, la principal herramienta educativa consistirá en el ejemplo. De esta forma, un niño que se críe viendo cómo sus padres hacen lo mejor para que cada aspectos de su vida se encamine al éxito, será un individuo que entienda que el objetivo en la vida será sacar el mayor provecho de cada una de las facetas de su vida. En este sentido, aprenderá a ser buen padre, hijo y esposo; así mismo, dará lo más positivo que pueda dar en su trabajo; en tercer lugar, aprenderá a ser un buen trabajador, al tiempo que sabrá la importancia de cada segundo.

 Así mismo, los padres deben transmitir verbalmente a sus hijos el concepto de Vida. Es decir, explicarles que ellos están vivos y que esa vida es el mayor tesoro que tienen, y que deben cuidarlo a toda costa, al tiempo en que deben respetar la de los demás, incluso la de los animales, pues cada ser vivo es capaz de sentir dolor, y tiene una vida que no puede desperdiciarse en vano.


LA MORAL.

Moral significa reglas y normas de convivencia y de conducta de los hombres; una de las formas de la conciencia social. Los idealistas estiman que la moral es completamente independiente de las condiciones materiales de la vida de la humanidad. El marxismo-leninismo, en su interpretación de la moralidad y de sus exigencias no parte de las definiciones generales y abstractas, sino de las condiciones históricas concretas. Con el cambio de las formas del régimen social, cambia también la moral. Así, con el triunfo del régimen burgués, la moral del feudalismo cedió su lugar a la moral burguesa. «…Todo se reduce al cambio de las dos formas de organización social: el sistema de la apropiación del plustrabajo de los campesinos siervos adscritos a la gleba creó una moral de servidumbre; el sistema del “trabajo libre” del que trabaja “por cuenta ajena” para el poseedor del dinero, creó en su lugar, una moral burguesa» (Lenin). El triunfo de la revolución proletaria trae el triunfo de una nueva moral, la moral de la sociedad comunista. La moral proletaria está subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado. Desde el punto de vista de la moral comunista, sólo es moral lo que favorece la destrucción del viejo mundo, de la explotación y de la miseria, lo que consolida el nuevo régimen socialista. “La lucha por la consolidación y culminación del comunismo es el fundamento de la moral comunista” (Lenin).  Forma de la conciencia social, en que se reflejan y se fijan las cualidades éticas de la realidad social (bien, bondad, justicia, &c.). La moral constituye un conjunto de reglas, de normas de convivencia y de conducta humana que determinan las obligaciones de los hombres, sus relaciones entre sí y con la sociedad. El carácter de la moral está determinado por el régimen económico y social; en sus normas se expresan los intereses de una clase, de una capa social del pueblo. Como quiera que en la sociedad de clases, los intereses de éstas son contradictorios existen en aquélla morales distintas. Si una clase se vuelve reaccionaria, su moral pierde su justificación y se hace en extremo egoísta, deja de corresponder al curso de la historia. En cambio, si traduce las necesidades del desarrollo social, su moral es progresiva. La moral se presenta no sólo como sistema de normas de conducta, sino, además, como peculiaridad característica del perfil espiritual de las personas, de la ideología y de la psicología de una clase, de una capa social, del pueblo. La conducta objetivamente buena y justa, es moral; la mala, injusta, es inmoral. Sin embargo, las personas pueden caer en error tomando por bueno lo malo y viceversa. Por esto la moral incluye en sí una valoración. La actitud estimativa se revela no sólo en los juicios (ideología), sino, además, en las reacciones emocionales y volitivas, en los afectos (costumbres). Las relaciones entre los individuos expresadas en juicios de valor éticos sobre la conducta, el género de vida, son relaciones morales. La moral apareció al formarse la sociedad humana, o sea, antes de que surgieran el Estado y el derecho, y ha recorrido un largo camino histórico en su desarrollo, cambiando su carácter al cambiar el modo de producción y el régimen social. En las formaciones de clase, la lucha entre las clases antagónicas también encuentra su expresión en la esfera de la moral. Tenemos, pues, que las normas y relaciones morales no son algo dado de una vez para siempre, como piensan los metafísicos, ni son un engendro puro de la razón, del espíritu, como afirman los idealistas y teólogos. La religión defiende la moral de los explotadores. El espíritu de propiedad privada impregna la moral burguesa. En los principios y costumbres burgueses se hacen patentes el egoísmo, el individualismo, la actitud hostil hacia los hombres. La conducta de la burguesía imperialista, su género de vida, es inmoral, choca con los intereses generales de la humanidad, con el curso de la historia. La moral imperialista ha encontrado su manifestación más consecuente y reaccionaria en el fascismo. Con el aniquilamiento del régimen capitalista, la moral burguesa es sustituida por la moral socialista, que tiene sus fuentes en la moral proletaria, –creada ya bajo el viejo régimen–, y en los principios morales progresivos acumulados por los trabajadores en la lucha contra el yugo y la injusticia social. Con la victoria del socialismo, la moral pasa a ser de todo el pueblo; en el período de transición al comunismo, la moral y los principios morales adquieren primordial importancia, las relaciones entre los individuos y entre el hombre y la sociedad, se rigen cada vez más por principios morales, mientras que va reduciéndose gradualmente el papel de la regulación administrativa. Los principios básicos de la moral del hombre de la sociedad socialista y comunista, se hallan formulados en el programa del P.C.U.S. en el Código moral del constructor del comunismo



LA ÉTICA.

(Del griego: “ethikós”, costumbre, hábito, carácter.) La ética es la doctrina sobre la moral, la moralidad; el sistema de normas y reglas de conducta de los hombres en su relación con la sociedad y entre sí; una de las formas de la conciencia social.

 Ciencia que trata de la moral, de su origen y de su desarrollo, de las reglas y de las normas de conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, la patria, el Estado, &c. A veces se atribuye al término “ética” el mismo sentido que al término “moral”. Antes de Marx, las doctrinas éticas se integraban en los sistemas religiosos o filosóficos, y constituían tentativas idealistas y metafísicas de establecer reglas y normas de conducta inmutables, independientes del desarrollo histórico, valederas para todas las épocas, y para todos los pueblos, clases y agrupamientos sociales. Ni los idealistas, ni siquiera los materialistas premarxistas que tenían una concepción idealista de la historia, estaban en condiciones de crear una teoría científica de la moral. Engels escribía a propósito de la ética de Feuerbach (ver): “Donde el verdadero idealismo de Feuerbach se pone de manifiesto, es en su filosofía de la religión y en su ética” (“Ludwig Feuerbach y el fin...”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 352, Ed. esp., Moscú 1952). El marxismo, que ha efectuado una revolución en la filosofía, fue el primero en crear una teoría científica de la moral, y demostró que la moral es una forma de la conciencia social, poniendo en evidencia el carácter de clase de la moral en una sociedad clasista.

La historia de las doctrinas éticas forma parte integrante de la historia de la sociedad, de la lucha de clases, de la sucesión de las diversas formaciones sociales. Los conceptos éticos de los esclavos y de sus amos, de los siervos y de los feudales, de los obreros y de los capitalistas, revelan un carácter opuesto. En la sociedad esclavista, las cuestiones relativas a la ética fueron analizadas por materialistas como Demócrito (ver), Epicuro (ver), en su lucha contra los idealistas Sócrates (ver), Platón (ver), &c. Oponiéndose a la moral religiosa, Epicuro sostenía que el hombre aspira naturalmente al placer y que en ello no hay nada reprobable. Pero demostraba también que los placeres espirituales son superiores a los goces corporales. En cuanto a Platón, desarrolla una teoría reaccionaria, aristocrática, por la cual, vinculaba la moral a un mundo de ideas suprasensibles, y particularmente, a la idea del “bien”. Afirmaba que la aristocracia posee, de nacimiento, una moral superior. Aristóteles (ver) concedió, de igual modo, mucha importancia a los problemas de la ética, especialmente a la virtud cívica. Afirmaba que la virtud “intelectual” se adquiere por medio de la educación, mientras que la virtud “volitiva” se obtiene por el hábito. En sus doctrinas éticas, los filósofos antiguos, ya fueran materialistas o idealistas, justificaban la esclavitud y concebían la moral como idealistas, como si fuera un conjunto de verdades eternas aplicables en todas las circunstancias.

Las doctrinas éticas religiosas adquirieron particular difusión en la sociedad feudal (Tomás de Aquino, ver, &c.). Esas doctrinas atribuían a la existencia humana, como fin supremo, el amor a Dios, la sumisión absoluta a las autoridades de la Iglesia, la felicidad “en el otro mundo” mediante un renunciamiento ascético a todos los goces terrenales. Esas doctrinas justificaban el orden feudal y eran hostiles a las masas trabajadoras –campesinos, pobres de las ciudades, &c.– cuyos representantes (Tomás Müntzer, &c.) exigían una vida feliz no “en el otro mundo” sino aquí. Con el nacimiento de la sociedad burguesa, se asistió a la aparición de doctrinas éticas progresistas, antifeudales, creadas por la joven burguesía que censura la moral ascética de la Edad Media y proclama el “egoísmo racional” (Helvecio, ver, Diderot, ver, &c.) según el cual, la conducta del hombre debe depender no de la religión, sino de los intereses personales bien comprendidos. Partiendo del hecho de que los hombres nacen iguales, la teoría del “egoísmo racional” hacía la crítica de los privilegios feudales, enuncia el principio de “libertad, igualdad y fraternidad”, lo que conducía en el fondo a reivindicar un régimen burgués democrático. El materialista alemán Feuerbach lanzaba llamamientos sentimentales al “amor universal”. Los materialistas premarxistas ignoraban que la moral es una de las formas de la conciencia social, no denunciaban el carácter de clase de la moral y consideraban la “naturaleza humana” eterna e inmutable: sus ideas quedaban encerradas en el marco del régimen burgués. Los demócratas revolucionarios rusos (Belinski, ver; Herzen, ver; Chernishevski, ver; Dobroliúbov, ver) entendían de una manera más justa y más profunda los problemas de la moral: comprenden que los intereses de los trabajadores son incompatibles con los de las clases explotadoras y criticaban la moral de los grandes terratenientes y de los capitalistas, desde el punto de vista de la revolución campesina. Los materialistas rusos del siglo XIX eran los promotores de una moral que tenía por principio el bien del pueblo. Sin embargo, tampoco ellos podían comprender el papel histórico del proletariado y no pudieron por esta razón producir una ética científica. Esta fue obra del marxismo, el primero que descubrió las leyes objetivas que determinan el desarrollo de la moral y su papel en la lucha de clases.





TRABAJO EN CASA.

* Una vez leído el contenido y visto los videos sobre el VALOR DE LA VIDA, LA MORAL Y LA ÉTICA, extraer las palabras que no conoce e investigar su significado y así poder comprender más fácilmente los conceptos planteados. ( realiza un glosario en tu cuaderno)

* Desarrollar los talleres que se encuentran en el libro del primer periodo (Páginas 138 a la 141), en un documento de word o en el cuaderno.


NOTA: Para la evaluación del trabajo se deben enviar las evidencias fotográficas antes del 27/04/2020 al siguiente correo: cesarartisticasimonbolivar@gmail.com

NO OLVIDE MARCAR SU TRABAJO CON NOMBRE COMPLETO Y CURSO

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